Esta semana, Alba (7 años) ha
compartido con nosotros una fantástica representación de su casa perfecta a
través de la etiqueta en redes sociales #Mihogarideales; Alba nos ha regalado
una maqueta de una casa con un gran rigor geométrico y formal en la que, según
nos ha contado ella misma, ha pensado en una cubierta verde donde disfrutar del
sol y poder contemplar las estrellas, y esto nos ha llevado a reflexionar sobre
las cubiertas: en líneas generales, se tratan las cubiertas como meros
elementos de cubrición de nuestras casas, no dándole mayor importancia que la
derivada de las soluciones técnicas para impermeabilizar y aislar los
interiores que protegen. Pero, ¿qué pasa si integramos este elemento dentro del
diseño y lo tratamos como una estancia más, que se puede disfrutar y aprovechar?
Al tratarse del elemento más
elevado de nuestra casa, la cubierta cuenta con una ventaja inmejoable con
respecto a otras zonas de la casa: las vistas. La cubierta se puede tratar como
un mirador, como zona de reflexión y contemplación, tal y como Alba nos ha
sugerido; y tirando de este hilo, nos ha venido a la memoria la Casa Malaparte,
un magnífico ejemplo de poesía y habitación.
Construida a finales de la
década de los 30 del pasado siglo en Capri, Italia, en el borde mismo de un
acantilado, la casa se encuentra firmada por el arquitecto Adalberto Libera,
aunque su promotor, el escritor Cruzio Malaparte, es el responsable de su
configuración final. Esta villa aparece como un impresionante y monumental
volumen de ladrillo rojo en el que la cubierta del mismo se convierte en un
espectacular solarium-mirador que domina todo el horizonte y al que se llega
por una monumental escalinata exterior. Este increíble mirador se convierte en
una planta más del inmueble, que se extiende hacia el horizonte. Cruzio Malabarte
quería imbuir a la casa de su carácter, un lugar para la escritura y la
contemplación, la imagen de su anhelo.
(Podéis tener más información en muchas fuentes, pero os
anotamos una: www.plataformaarquitectura.cl/cl/770164/clasicos-de-arquitectura-casa-malaparte-adalberto-libera)
Siguiendo con el concepto de
contemplación queremos enseñar una obra, que si bien no es una casa, sí
responde a la idea de generar en la cubierta un espacio de contemplación en
estrecha relación con el paisaje: el Pabellón de Arte que nuestro admirado
maestro Álvaro Siza junto con Carlos Castanheira han levantado en Corea del Sur:
un volumen con forma de “Y” que convierte su cubierta en un espacio que se
proyecta hacia los frondosos bosques circundantes.
(Para más información, podéis echarle un vistazo a la
revista Arquitectura viva nº 212 http://www.arquitecturaviva.com/es/Shop/Issue/Details/487)
Por otro lado, la casa que
Alba nos ha enseñado nos ha llevado a pensar en las cubiertas ajardinadas o
verdes y en sus beneficios, no sólo para el confort térmico de la propia casa (ya
que mejoran consierablemente las condiciones de aislamiento térmico-acústico y
protección de la cubierta, aumentando su vida útil y mejorando la eficiencia
energética del conjunto) sino medioambientales y de integración en el contexto:
una cubierta ajardinada amplía la superficie vegetal del entorno, favorece la
integración paisajística de la casa y además se puede utilizar como un jardín
suplementario.
El mismo Álvaro Siza utiliza
este recurso por ejemplo en la Casa en Mallorca, que se construye como un juego
escultórico de volúmenes fragmentados que se despliegan de una manera juguetona
en el paisaje. Además de otros muchos conceptos, la casa utiliza la cubierta
ajardinada confinada entre sus zigzagueantes petos para integrarla en su
entorno y mejorar las condiciones interiores.
(Para más información, podéis ver la revista AV Monografías
nº 186-187 http://www.arquitecturaviva.com/es/Shop/Issue/Details/424)
Y siguiendo con el hilo de
cubiertas ajardinadas y maestros portugueses, queremos hacer referencia a Eduardo
Souto de Moura y una de sus primeras casas:
la Casa en Baião. Con este proyecto, Souto de Moura consolida una ruina
de gran carga simbólica (pre-existente en la parcera situada en una ladera del
río Duero, a modo de jardín) construyendo una casa nueva a su lado. La nueva
construcción se mimetiza con el entorno enterrándose en la ladera a modo de “cueva”
contemporánea utilizando para ello la tierra vegetal extraída de la propia
excavación realizada para su construcción. La casa se integra completamente en
su entorno y se beneficia completamente de una cubierta vegetal en la que sólo
afloran a modo de esculturas los elementos de instalaciones indispensables para
el correcto funcionamiento de la vivienda.
Y para poner fin a este rápido
viaje, queremos recordaros que podéis seguir compartiendo lo que los más
pequeños piensan que es su casa de los sueños a través de la
etiqueta en redes sociales #Mihogarideales . A través de sus ojos podemos
estudiar aquellas cuestiones que se destilan como fundamentales a la hora de diseñar
una casa perfecta.Y si estáis pensando en cambiar de aires, construir una casa nueva o reformar vuestro hogar, poneos en contacto con LACAL arquitectura. Diseñaremos la casa que mejor se ajusta a vuestra necesidades y a las de toda vuestra familia. Nos podéis encontrar en nuestra web (www.lacalarquitectura.es), en nuestro correo electrónico (hola@lacalarquitectura.es) o a través de nuestras redes sociales (facebook, twitter e instagram). También podéis consultarnos cualquier duda que podáis tener sobre nuestros servicios o compartir vuestras inquietudes con nosotros. ¡Estamos deseando saber de vosotros!
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